El Grupo Baskonia-Alavés ha celebrado hoy un acto sobre el terreno para presentar el proyecto de su nuevo complejo para el desarrollo de jóvenes talentos de fútbol y baloncesto frente al Buesa Arena, que ha bautizado como «Etorkizuna». Las instalaciones estarán ubicadas más concretamente en un solar de 28560 metros cuadrados en el Sector número 15 de Salburua, para lo que ha sido necesaria una modificación del plan parcial redefiniendo ligeramente su geometría y reorientando los volúmenes previstos en éste.

La parte clave del proyecto que ha visto hoy la luz es la residencia, ubicada en la esquina noroeste del espacio, la zona más próxima al aparcamiento del Buesa Arena y más alejada del parque de Salburua. El alojamiento contará con 2 bloques de planta baja más 3 alturas que estarán unidos por un zócalo edificado en planta baja, además de sótano en la zona norte. Así, la superficie construida sumará un total de 7.487 metros cuadrados. Dispondrá de 293 camas repartidas en 238 habitaciones (tanto dobles como individuales) de hasta 20 metros cuadrados con cocina y baño. Éstas podrán destinarse según la documentación presentada a hotel de 2 estrellas al menos parcialmente en verano. Completan las instalaciones espacios comunes como salas polivalentes, salas de estudio, comedor y descanso o vestuarios. Está previsto también un sistema de aprovechamiento de las aguas pluviales y la instalación de módulos fotovoltaicos en parte de la cubierta de la edificación.

Buena parte de la superficie de la parcela irá destinada a los campos de fútbol, que ocuparán la mitad sur más cercana a los humedales de Salburua. Concretamente se construirán dos campos para la práctica de fútbol 7 y fútbol 11 de dimensiones aproximadas de 61 x 97 metros cada uno. Ambos contarán con césped artificial de última generación de 45 milímetros de altura y tratamiento anti UV y resistente a las inclemencias meteorológicas, cumpliendo con el estándar FIFA Quality. También habrá iluminación artificial mediante proyectores sobre postes de 15 metros.

Como amortiguación y barrera lumínica y paisajística entre el nuevo complejo y el parque de Salburua, el Grupo Baskonia-Alavés ha proyectado una franja natural en la que ha hecho especial hincapié en la presentación, conocedores de las reticencias que ha generado el emplazamiento escogido. Esta nueva zona verde estará estructurada por dos nuevas balsas para la fauna con una superficie total de lámina de agua de 2690 metros cuadrados y una profundidad de 70 centímetros. Tras la tala de 15 chopos y 8 fresnos que se encontraban en mal estado se plantarán un total de 2076 árboles y 226 setos de origen local, con autorización previa del Servicio de Patrimonio Natural de la Diputación Foral de Álava. Buena parte de ellos se dedicarán a limitar el impacto lumínico y acústico sobre la ZEC/ZEPA Salburua, en cumplimiento de la resolución por la que se formula la declaración de impacto ambiental del proyecto promovido por la empresa Ondare Da, S.L.U.

Las labores de replanteo y movimiento de tierras comenzaron hace ya varias semanas y estos últimos días se ha podido ver sobre el terreno una pilotadora trabajando en los diferentes elementos de la cimentación. Según la previsión presentada hoy, la residencia podría acoger a los primeros estudiantes y deportistas en la temporada 2025-2026. Nada se ha dicho por el momento del tercer elemento que compone el proyecto, el nuevo edificio para la Universidad Euneiz. Esta edificación, cuya ubicación está prevista en la esquina noreste (la más cercana al BAKH), se desarrollaría geométricamente como dos bloques rectangulares paralelos orientados noreste-noroeste en su dimensión longitudinal, con sótano, planta baja y 3 alturas.

Tampoco se ha desvelado nada hoy sobre el futuro del estadio de Mendizorrotza, que mañana se convierte en centenario y cuyo futuro parece más incierto que nunca con las voces que en los últimos días se suceden de manera insistente poniendo sobre la mesa la posible construcción de un nuevo campo para el Deportivo Alavés. Con el proyecto de reforma y ampliación en algún cajón y las instalaciones de paseo de Cervantes en un estado cada vez peor, parece que no debería tardar en resolverse el misterio.